Ah,
ah,
ah.
Después está el niño,
una trampa ideal.
Parece un delirio,
pero es,
real.
Ah,
ah,
ah.
Ah, ah, ah.
Ah,
ah,
ah.
Ahora me doy cuenta,
todos son igual.
Robots con la curva,
dispuestos a matar.
Ah,
ah,
ah.
Ha oído al fin,
directa la luna,
directa al confín, para convertirla,
en una tumba.
Solos,
yo y las máquinas solos,
de nadie más.
Solos,
para siempre jamás,
es la verdad,
la pura verdad.
Yo contra la segunda variedad.
Ah,
ah,
ah.