Ya los campos blancos están listos para cegar,
nos faltan los obreros.
Dios pregunta dónde están aquellos que dijeron queremos ser,
misioneros.
Si tú sabes a dónde están,
diles que acudan ya,
que hay campos esperando.
El invierno ya pasó y el trigo maduro,
vayamos a cegarlo.
Envíame a mi Señor,
envíame a mi Señor.
Quiero ir a cosechar y de frutos llenar los graneros de Dios.
Que es el mundo,
la gran mies y las naciones son los campos esperando.
Solo falta que tú y yo,
digamos sí Señor,
iremos a cegarlo.
No temáis, hijos de Dios,
Él los sustentará,
podéis salir confiado.
Que Dios proveera,
nada te faltará,
tendrá de ti cuidado.
Envíame a mi Señor,
envíame a mi Señor.
Quiero ir a cosechar y de frutos llenar los graneros de Dios.