A veces entra en el bosque,
un silbido veloz,
que recorre fugaz,
la penumbra y la luz,
y ese viento que trae,
la muerte eres tú.
Todas las copas se postran,
a fin de existir,
de no hacerlo desechas a bien de morir,
y los árboles fríos del bosque soy yo.
Eres la llama que abraza la flor,
y la violencia del fiero huracán.
La sombra oscura que sigue mi amor,
¿por qué?,
¿Por qué?,
Tú sigues dimartando a este amor,
que oí dejar.
Eres la llama que abraza la flor,
y la violencia del fiero huracán.
La sombra oscura que sigue mi amor,
¿por qué?,
¿Por qué?,
Tú sigues dimartando a este amor,
que oí dejar.